lunes, 21 de septiembre de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

martes, 16 de junio de 2009

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Perseo Nº 1





























Perseo Nº 0





























El karma de vivir al sur

Entrevista a Juan Marchesi - Por Américo Cañulaf y Nicolás Llanquihuen

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Casi mediodía del sábado, llegamos a su casa de calle Humble, tal como lo habíamos acordado días atrás. Golpeamos la puerta y enseguida vimos la cara de Juan del otro lado del vidrio.

Nos recibió, nos invitó a pasar con la amabilidad que lo caracteriza y enseguida nomás comenzó a hablar con gran pasión de su obra, mientras nos mostraba unos dibujos para proyectar, en los que está trabajado desde hace algún tiempo.

Primero nos ofreció sentarnos, aunque él permanecía siempre de pie, y por momentos parecía preocupado por encontrar la pintura acorde a lo que nos iba contando. Caminaba de un lado al otro, recorriendo todo el living que utiliza como su taller. Allí hay una mesa larga, con libros, folletos, dibujos y pinturas.

Con unos suaves sonidos de una música hindú que sonaba en una computadora portátil -"que apenas estoy aprendiendo a usar" dijo- empezamos a conocer al "espión de Marchesi".


Humano, demasiado humano. Y pensar que imaginó a los espiones como seres venidos de otro mundo, extraterrestres. El artista plástico Juan Marchesi nos revela a la humanidad desde la observación de estos pequeños personajes que aparecen conceptualmente en sus pinturas, que tienen mirada esquiva, con las manos desnudas. Pero sin voz, porque los espiones (o mirones) son los centinelas de las puertas que Marchesi nos abre para espiar sin connotaciones lo que ocurre en las utopías que el artista pinceló desde su visión onírica de la realidad, tan humana al fin.

- ¿Cuándo salió el personaje?

- Fue toda una historia, medio extraña. De chico, cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes hinchaba las pelotas dibujando con una tiza a un personaje. Después lo descubro en Bariloche. Yo estuve exiliado allá porque no podía irme a Europa o Venezuela, y tenía amigos en el sur.
Un día estaba pintando (seguía con mi tarea de artista, de pintor y dibujante) y estaba haciendo una pintura que quería mandar a un salón, en esa época triste que no tenía plata. Era un salón importante, entonces agarré unos pedazos de madera, una tela, y armé como una composición que a mi me gusta mucho, y que todavía lo sigo haciendo como si fuera una historieta, con distintos pedazos de tela. Pero en ese momento no salía nada, así que agarré la tabla que tenía y con bronca le pegué una patada. La tiré a la mierda y cae sobre la pintura un retrato de un tipo que se aparece, y ahí se me ocurrió la idea: "uh el espión". Ahí lo copié, incluso la misma cara y lo empecé a hacer. Todavía la tengo a esa pintura.
La guerra que no fue entre las dictaduras de Argentina y Chile por el Canal de Beagle fue el contexto en el cual el artista ideó a su personaje. Durante su estancia en la zona Andina de esta provincia, Marchesi tuvo contacto con ese lado oscuro del ser humano, según él mismo define recordando a ese viejo disco de Pink Floyd con el prisma en la tapa, y la descomposición de los colores puros, tal vez una influencia de lo que el mismo propone a través de su obra pictórica.
"En ese momento, que era muy particular, me enganché mucho con la idea de mirar el cielo y observar. Fue una época muy particular, yo viví cosas muy interesantes como la guerra que casi se arma con Chile, en un tiempo que fue realmente bravo y que en Bariloche se sintió más que en otro lugar por la cercanía".

- ¿Y qué representa en este contexto la presencia del espión?

- El espión era como un personaje, como un ser. En esa época yo escuchaba mucho Pink Floyd, Yes, Génesis, y que tenía mucho que ver con la cosa extraterrestre, con el espacio. ¿Te acordás del disco ese que tiene la pirámide? Y ahí empezó a aparecer ese personaje que venía del espacio infinito, que no conocía la Tierra y empezaba a descubrirla, y lo que veía lo mostraba. Entonces siempre en algún paisaje aparecía de pronto este personaje. Ahí fue quedando y hasta el día de hoy lo sigo usando.
A partir de ahí yo me voy enterando de cosas. Un día, en una exposición en Bariloche con estos espiones, me va a ver un matrimonio de ingleses, y me explican que durante la Segunda Guerra Mundial había un personaje que comenzaba con una línea y luego él mismo se asomaba así, y que usaba mucho la gente con una leyenda al lado donde pedía por el paradero de algún soldado, como un símbolo de búsqueda. Después me contaron que los aviadores de los aliados, cada vez que tenía una victoria contra los alemanes, veían a este personaje que se aparecía entre las nubes, y que se mantuvo como una leyenda popular. Así que reforzó un poco la cosa que yo tenía con respecto a lo que era ese personaje.

- ¿Hoy a qué, o a quién, representa?

- Hoy, sacando toda la cosa mágica y romántica que pueda tener, yo creo que es la mirada. Es el ver, el ver la profundidad, el ver de otra manera, la apertura de la conciencia. Otra cosa es que el espión siempre aparece al lado de alguna puerta, de alguna ventana. Siempre como una salida, como un mundo mejor. Yo, utópicamente, pienso que de toda esta crisis vamos a salir, a otro mundo mejor. Leyendo a un filósofo oriental que se llama Osho, el tipo habla del "ser que observa", que tenemos todos adentro, que conoce hasta nuestros sueños, y que somos nosotros mismos. El espión tiene un poco de eso también.


...básico

Pintor, dibujante, ilustrador y docente, nacido el 19 de julio de 1943 en Buenos Aires, aunque desde 1975 se radicó en la Patagonia. Actualmente vive en Viedma junto a su familia.
En el año 1965 egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, y dos años después, de la Escuela Superior de Bellas Artes Prilidano Pueyrredon. En 1971 finalizó los estudios de Escenografía y recibió una beca del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, realizada en la RAI.
En 1970, recibió una Mención Especial en la sección pintura, XV Salón de otoño de San Fernando, y en 1978, el premio adquisición Fondo Nacional de las Artes, en el IX Salón Anual de Artes Plásticas de El Bolsón (RN), Mención Especial Salón Sur de Artes Plásticas de San Carlos de Bariloche.